Aquella vieja plaza de mis recuerdos.

Dulce, tibia y apacible tarde de verano.
En donde sentado en un banco de aquella vieja plaza.
Los recuerdos me ausentan por minutos del lugar…
Ya no oigo el bullanguero juego de los niños en sus espacios.
Ni la tertulia de los viejos con su típico hablar…
Y de las viejas chismosas, ya ni escucho su cotillear.
Fijamente mi mirada, en un infinito horizonte se ha quedado ya.
Viviendo en presente un pasado, que muy difícil volverá.
Un bello cuadro de colores, imposibles de imitar.
En el cielo se ha plasmado ahora, ¿quién podría a éste igualar?...
Mientras muere así la tarde, poco a poco sola va quedando ya.
Aquella vieja plaza, en donde todos mis recuerdos, he podido aflorar…