lunes, 1 de febrero de 2010

Mimo


Sentado en la plaza te observaba,
Con tu cara blanca y tus ojos cambiantes
Según la historia que contabas,
Movimientos acróbatas que hacías
Y el público con respeto te miraba.

Luciendo majestuosa su belleza
La catedral de santiago se veía
Y tu con agilidad la subías,
Enviando mensajes con tu arte
Cuando te detenías.

Posaste al lado de ahumada
A correos de chile llegaste
Haciendo piruetas
Que el público te aplaudía
Y al bajar monedas tu recogías.

Sin palabra alguna
Nos transportaste
Al mundo de la imaginación
Y con una sonrisa te despediste
Dejando una estela de admiración.

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